Mudanza

Editorial: Ars Poética
Año: 2019
ISBN: 978-84-17691-80-6

Celebración de Rafael Pérez Castells

(acróstico)

Relojero y sin bahía,
antes navegante a fama,
forzó la luz de una rama
al borde de la herejía:
En su torre y por vigía
los dinamitados muros
prendió, y con versos seguros
en avión y a pie, al camino
rondó por destilar vino
en odres, por vino, oscuros.

Zagal, ¿Dónde vas, cuentista,
con tus amores al viento?
Al naciente sol sustento
sin el fagot urcelista.
(Tengo el alma así entre vista
en la certeza y lo digo:
los versos que soy testigo,
las manos que aprietan fuerte
sobre el corazón). ¡Que suerte
magrugar y amar contigo!

Una es la voz solo es una
donde se acaba y se alcanza.
Al final, esa esperanza
nace al verso inoportuna.

Zarpan las naves: alguna
anunciará otra mudanza…

Jesús Urceloy / septiembre 2019

Selección de poemas

He seleccionado algunos poemas, con su respectivo audio. El libro lleva algunas ilustraciones de mi admirado amigo Alfonso A. Parera, músico, pintor y un gran compositor.

LA MUDANZA

A David Torres

La mudanza, grabada en la presentación en Croché

Hay estanterías traicioneras
y músicas que trae el viento y que acuchillan,
una foto que cae al recoger los libros,
un libro que olvidé, y sin saber porqué abrí,
un verso que se astilla y a su lado una entrada
para el Circo del Sol que me noquea.

Poco a poco los libros se convierten en cajas,
desmonto estantes, esqueletos limpios,
hasta que se vacía el cuarto y solo queda el eco
y una bombilla.
Voy cerrando las puertas, como si creyera
que es posible el olvido.
Cada mueble un recuerdo, una mesa, una comida,
el piano, largas noches deseando ser su teclado.
La chimenea, pecho caliente, espalda fría,
calor de fuego y confidencias.
La última puerta, la del dormitorio,
la cierro sin pensar que hubo una cama,
donde soñé y ardí en el infierno
sin saber la razón de mi condena.

Dejo la casa y siento un infinito
vacío, no hay calles solo aire.
Atrás queda una vida que no quería dejar,
la cambié por la mía que estaba perdida.
La furgoneta carga con todo lo que tengo
y sonrío, no sé lo que vendrá, no importa
porque habrá que estar aquí para vivirlo.

Ya he colocado todo, los muebles son los mismos,
los cuadros, los adornos, hasta el cubo de basura,
sin embargo parecen nuevos, distintos, libres.

PROBABLEMENTE HUBIERA LLEGADO AL MISMO SITIO

Probablemente hubiera llegado al mismo sitio



He iniciado el descenso, la cima queda atrás,
el cuerpo se relaja en la suave pendiente
y a medida que mengua el horizonte
una pálida luna nace
en mi oprimido pecho.
Vuelven solitarias o en grupo las preguntas sin respuesta,
son insignificantes o poderosas,
han marcado mi vida.
Preguntas sin respuesta que por mí decidieron.

¿Por qué tanto llorar aquel día a los trece?
No paré en dos años.
Cosas del crecimiento, diagnosticó el pediatra.
¿Por qué no fui el que quise, el matemático
que desentrañaría el Universo?
¿Por qué no me marché a vagabundear por el mundo?
Un día lo soñé, tendría quince y dejé de llorar.

¿Por qué tome un camino y no el otro?
¿Realmente importa?

EL QUE NADA LO PUEDE

Si yo fuera Dios, andaría cabreado
y si fuera más que el dios de este planeta,
el de la galaxia o uno, el más poderoso,
el del Universo – habría enloquecido.

Solo aquí le dimos más nombres que a las estrellas,
cada nombre un templo, una iglesia, un santuario
y en sus bancos hooligans pidiendo sangre.
Si se hartaban los leones, barbacoas de santos,
espetos de brujas, mujeres desmembradas,
hombres cocinados igual que la tempura.

Es realmente difícil creer en él,
tanta charcutería de almas, tanta
religión le cargamos en la espalda.
Es realmente difícil y si dicen
que no es su culpa, somos los impuros
los culpables, entonces me cabreo
más que él y le maldigo ¿No es acaso
al que llaman el todo poderoso?

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El libro físico y el libro electrónico se pueden adquirir en la editorial ARS POÉTICA, pinchando AQUÍ.

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