está tan solo
que no puede quedarse a solas
consigo mismo
y se diluye en muchos
para sentirse acompañado
por otros que no saben quién es él
acaso tampoco él lo sepa
y refugiado en esa muchedumbre
quiere cambiar un mundo que no entiende
yo también perdí pie y me debatí entre dos aguas
después abandoné la guerra en la que lucha
y no creo saber nada que lo sorprenda
todo es tan evidente
lo único que conozco de valor
es el espejo de su sombra
esa tierra que labra
el aire que respira
y si mirase más allá
vería que desborda el horizonte
nuestro planeta
tierra amable sencilla de amoldar o de herir
Tierra majestuosa en su órbita celeste
sin ella no hay futuro es un útero
y en él se gesta nuestra trascendencia
y por eso lo entiendo
hay que hacer algún cambio
y no hay mejor manera que empezar por ti mismo
cada uno de mis actos multiplica mis faltas
por miles de millones como yo
una simple colilla no es solo una
montañas que se elevan como Alpes infranqueables
y un acto de violencia
prepara un genocidio
si uno cambia nos cambia a todos
así de simple
y ese cambio sucede en soledad
es un aprendizaje una artimaña
que incluso en medio de un tumulto
que oculta el horizonte
te permite volver los ojos
a aquel otro
que se materializa en nuestros sueños
estos dos horizontes
que flanquean las caras opuestas de una sierra
una frontera una muralla
solo se pueden ver desde las cumbres
universos distintos necesarios
el brazo dividido por el fiel de la balanza
que se inclina a poniente donde viven los sueños
y después a levante por donde llega el día
no perdería el tiempo
intentando cambiar al mundo
es mejor que él lo emplee
en subir a esas cumbres que iluminan