Quise escribir un poema de amor
y no tenía a quien.
Fue entonces cuando un perro ladró
“en el amor a veces no hay quien”
o eso entendí, ladraba en francés.
¿Será verdad,
tendrá razón
este animal
y lo que llamo amor no es tal cosa?
Sublime amor
si acaso un breve choque hormonal
y de nuevo aquel perro ladró
“ama a una flor,
al viento, al mar,
ama la noche y ama la luz,
ama y deja ya de divagar”