En la próxima vida
quiero ser seta, seta, seta,
para que tu figura
no me deslumbre como el sol poniente
ni tu olor me sofoque hasta perder el sentido.
¡Ay, qué dolor!
Ya no arderé, al rozarte,
como la hierba seca, seca, seca.
Y aun así,
en la próxima vida
no quisiera quemarme,
que quisiera ser seta, seta, seta
bajo un pino, esperando
que el aire me esparciese.
Sin saber qué es sentir,
sin llanto, sin fulgor.
Leído por María Nevado Caballero, actriz y gran maestra que me enseño que leer un poema es como tocar el piano, hay que aprender y hay que ensayar para ofrecer al oyente la mejor experiencia.