A David Foronda
no quiero que me sigan aunque agrade
porque me espanta más
que al tener seguidores
pierda quizás mi esencia
y me transforme
en un ente mediático
sin arrugas
con piel de maquillaje y músculos de hormonas
hace tiempo que supe de mi insignificancia
así que escribo por permanecer
simplemente en mí mismo
y me atrevo a ofrecéroslo pues sé que no soy único
lo que siento lo sienten otros
con algunos matices pues los árboles se parecen
pero no todos tienen rotas las mismas ramas
nunca me pregunté por qué lo hacía
el papel o el teclado me da igual
aunque a veces prefiero el bolígrafo dorado
que me regaló mi hijo y aún no he perdido
y comienzo
así se abren los poros y por ellos escapan ideas confusas
vapor
que condensa en palabras que me ayudan
a entender los motivos de mi melancolía
incurable tallada como un par de ojos
en este cuerpo que cuido y maltrato
y escribo para embellecer dolores
y poder volver a ellos sin que me hieran