La llaman Senda del Arcediano, une una meseta, que acorta la estatura de sus cimas por el sur, con el mar, al norte, abajo, más allá de las nubes. No lejos de las desordenadas piedras de su pavimento, removidas por nevadas y avalanchas, permanecen las cuevas que fueron refugio de hombres muy antiguos.
Ellos estaban arriba y sólo bajaban al valle de caza y a la rapiña. Pero además de a estas artes, en aquellos montes fronterizos sus moradores, al menos algunos de ellos, hicieron cosas inesperadas.
No hace mucho, se descubrió una nueva cueva. Nadie había entrado allí o, por lo menos, nadie había hablado antes de ella. Bajo sus bóvedas se encontraron restos de una cultura lejana: la crátera en forma de cabeza de cabra, las linternas de aceite, todo estaba intacto. La belleza del arreglo de las ciento tres piezas que descansaban sobre aquella ara de roca, tallada sobre una gruesa estalagmita, sorprendió a todos.
Las revistas especializadas en el tema han informado exhaustivamente sobre el origen de cada pieza, los materiales que las componen, su antigüedad – dicen que cinco mil años -, pero lo más intrigante se mantiene todavía oculto.
En el centro de aquel templete prehistórico había un cilindro transparente. No era de vidrio ni de metal, pero era más transparente que el cristal más puro y tan resistente como la aleación de un tanque. En su interior se encontraron nueve pergaminos. Su escritura cuneiforme fue casi completamente descifrada, y cuando se pudo leer el texto lo que se encontró no fue tan inesperado: eran poemas.
Ocho poemas que hablaban de seres sobrevivientes, de seres inmortales, de un mundo olvidado pero futuro; ocho poemas y un prólogo que nos decían de un visitante que dejó su legado escondido en aquella cueva. Firmaba como El Arcediano Gevin.
¿Quién era el que había reunido tan extraña colección de versos? En palabras de una de las primeras personas que leyeron el texto descifrado “aquellos personajes que escribieron o protagonizaron los poemas respiran vida y su voz nos produce el escalofrío de una premonición”.
¿Es posible que el Arcediano hable de seres reales? Algunos perdieron la vida por venganzas o, incluso, por voluntad propia, cansados de tener que soportarse; otros aceptaron la condena de vivir eternamente y unos pocos viajaron hasta el infinito. Todos parecen personajes sacados de una de nuestras ciudades, con nuestras mismas obsesiones exageradas por la magnitud de sus existencias.

Pergamino I
Nuestra especie desapareció durante El Extraño Suceso. Sólo unos pocos sobrevivimos y aprendimos a caminar por el Tiempo.
Os dejo algunos testimonios de los primeros inmortales, algunos aún están entre nosotros, otros tomaron el camino a la nada.
El Arcediano Gevin

Pergamino II
PROFECÍA
Del diario de Willian Mantilla.
Un lentísimo cántico se hundió
entre mi carne tan profundamente
que ya no era sonido, sino tacto
y en mi mano el lamento
y en mi oído la serpiente
detuvieron la sangre
detuvieron su pulso.
Nota del Arcediado
Willian Mantilla, colombiano afincado en Tochigi (Japón), casado con una sobrina nieta del emperador Hiro-Hito, pasó de coctelero del JAM SESSION a dirigir el partido Sakigake. Siendo Primer Ministro, tomó las últimas decisiones de la historia del Japón.

Pergamino III
BERTA KINSELLA
Extracto de la cinta encontrada junto a su tumba, a orillas del mar Nuevo Caspio.
Nací en el tiempo en que eran importantes los minutos,
crecía en la mirada la tristeza
de verlos discurrir inexorables.
Pero entonces, los sueños
no durmieron al alba, y como el humo
invadieron el tiempo y nos cegaron.
Así, fuimos eternos
y nada de lo que éramos fue útil
porque la soledad era sin límites
y la tranquilidad del que se sabe
inagotable
porque en un gran vacío la materia
se aquietaba y la vida se abstenía
y sólo las esferas del silencio
y sólo ellas.
¡Todo eso tuve y ahora lo he perdido!
!El azar es un dios ciego y sin piel
que destroza cabezas sin descanso!
El azar o Charles Drummon – es lo mismo –
me han devuelto
a la larga agonía y al destierro.
Nota del Arcediano:
Berta Kinsella, sudafricana, emigrada a Darwin (Australia) después de la revuelta Intaka del 2.003. Hábil negociadora, logró controlar la compañía BIO-COMPUTING Ltd. Propietaria de la patente que protegía el proceso BIO-LAST, que permitía el control del envejecimiento y la hibernación. Fue asesinada por Charles Drummon durante el periodo inicial de dispersión después del Extraño Suceso.

CHARLES DRUMMON
Por Marta Kinsella.
A Charles, le condenaron a vivir
todo lo que quisiera
y fueron suficientes diez mil años
de piadoso retiro
para acabar con él y con su nombre.
No escribió nunca nada
– en dos tablas de roca se decía
lo justo y necesario –
pero no fue por eso silencioso.
Su verbo incontenible
se mezcló con el pulso de las lunas
buscando condiscípulos
y aburriéndonos profundamente.
Pero no era mal tipo, un loco más
quizá, como otros muchos que disipan
sus dudas, separando la simiente
de la paja o matando a Berta
pagana y orgullosa,
que se arrogó el destino.
Charles tuvo un largo viaje hacia la muerte;
años de gran contento
para Marta, pues Berta era su hermana.
Nota del Arcediano:
Charles Drummon, estadounidense, y después de la caída de La Unión, tejano. De formación científica, fue racional hasta que se le apareció La Santísima Trinidad en el monasterio de Thari, en Haghios Isidoros (Rodas). Fundó La Iglesia para la Telecomunicación. Sobreviviente al Extraño Suceso, continuó su acción evangelizadora, hasta su extrañamiento.

Pergamino V
LOS PÉQUER
Postal dejada a sus hijos, pocos días antes del Extraño Suceso.
Las cosas de antes, ya no nos importan
porque son cofres con juguetes rotos
o cortinas tejidas con hilos de hielo
o todas esas cosas inventadas
para matar el tiempo
para exprimirlo como a las olivas
beber su aceite amargo y escupir su amargura.
Ahora, no hay más colmillos de facóquero en los recuerdos
sin nombre
en las noches que no dormimos porque temíamos al sueño.
Más allá del final
más allá de las últimas razones
no buscamos destino a nuestro viaje.
Nota del Arcediano:
José Péquer, español nacido en Carcassone (Francia) de padres emigrantes. Después de la balcanización de España, hubo un exilio masivo de los habitantes del Condado de Treviño (Euzkadi) al sur de Francia. Viajero compulsivo – su admiración por Alí Bey, Gaspar Rey y otros viajeros impenitentes era conocida – logró embarcar en el EUROPLANET, escapando al Extraño Suceso con Carmen Liria, su casi siempre fiel compañera.

Pergamino VI
NICOLÁS YEHUDA
De “El náufrago”.
Yo solamente quise decir “cuando”,
y no un “siempre” magnífico y monótono.
¿Para qué tanto, si, por mucho estar
mirando como lo alto se convierte
en légamo o en abismo, sigo oyendo
su respirar en mi vigilia?
No fui como ella, que mordía
los instantes del árbol infinito,
y los saboreaba lentamente:
yo pensaba en por qué las manos podan,
y los pies pisan las cosechas.
Dicen que están cumplidos los deseos,
aunque el guardián del mosto no responde,
y transcurrir sin término es tan triste,
sin poder abismarme en aquel cuerpo-
¡Regresaré a la nada junto a ella, cuando al día
no le tiemble la mano en la navaja!
Nota del Arcediano:
Nicolás Yehuda, nacido en Córdoba (España). Emigrado a Israel en 1997, se estableció en el kibbutz Nir-Oz. Se especializó en mecánica espacial. Viajó en la primera nave tripulada de Israel, para colaborar en la construcción de la primera Ciudad Espacial. Desapareció en la explosión del generador Némesis – un proyecto fallido para convertir a Júpiter en un nuevo sol -, volviendo a aparecer en la post-historia. Probablemente se trata del primer salto temporal conocido.

SARA YEHUDA
Testamento hallado en las minas de sal de Kir-Oz.
Si en las hojas del bosque se distingue
la calidad del día, y en las nubes
si la noche será propicia y tímida,
y en el olor del aire, con los ojos
blanqueados por el sol, toda respuesta,
si la conversación sólo se acalla
ante el cuerpo que se abre en el arcén,
no se detiene, –
si la única verdad se escribe en vísceras
ocultas por la piel, y si al palparla,
lo que antes era uno, y luego múltiplo,
no es nada ahora, ni nunca, ni nadie,
si estamos hoy juntos, como ayer estuvimos,
y por norma aceptamos lo que venga,
si no hay futuro sino hoy y su historia,
si no es la muerte asunto de los vivos,
sino de los que mueren sin saberlo,
comprenderás entonces que no hay prisas,
que hace falta fijarse un poco, y nada más,
para ver el vacío en nuestros actos.
Nota del Arcediano:
Sara Yehuda, judía askenazi nacida en el kibutz Gesher, activista pacifista, destacó en el movimiento “Paz y Justicia” que se opuso frontalmente a la política de Netanyahu, para la deportación del pueblo palestino al derrotado Irán. Esposa de Nicolás. Desaparecida durante el Extraño Suceso.

Pergamino VIII
LOS COMERCIANTES
Anónimo.
Compramos y vendemos todo el género
hilado en los talleres de Damasco,
juegos mentales, vírgenes impúberes,
diseños cibernéticos del Siglo XXI,
y si usted lo desea, un asteroide errante.
¡Qué bello el objeto perdido hace tiempo!
Y el trato: magreo, hambre,
que entre hambrientos mantiene la esperanza
de cierta inmunidad a la desidia.
Por cierto, ¿Usted vendrá a comprarnos algo?
¿A lo mejor desea un elixir?
¿O simplemente, usted ya se murió,
y viene a reclamarnos una deuda?
Nota del Arcediano:
Nave “Medina”: fue encontrada a la deriva en órbita de Ganimedes. La nave estaba deshabitada. El único mensaje que se obtuvo de sus computadoras fue este anuncio, que se repetía en los paneles de mando. En el spot, un actor disfrazado de comerciante sirio del Siglo VI antes de la era cristiana, repetía este eslogan.

Pergamino IX
LA MÁS ANCIANA
Por Nicolás Yehuda.
¿Y el tiempo ?: un niño que envejece
entre la niebla de los muelles,
y una sirena.
¿No callará ?
Y cuando lo hace, sigue estando allí,
tras el espacio se abre inmensamente posible,
en la monotonía que ya nunca calla.
¿Y quién ?: Tantas habláis sin escucharme,
tantas he sido y sigo siendo.
A veces, alguna cabalga con fuerza mi forma,
se asienta su gesto, se amoldan sus rasgos,
mas nunca la certeza de ser uña
que desgarra y no cuerda desgarrada.
¿Y adónde ?: hacia las caras infinitas del silencio,
hacia el fondo, hacia dentro, lo oscuro, la piel insensible, la sangre que urge un descanso,
los ciegos que ven con la luz que nos turba,
¿Adónde ?: si hacia afuera sólo está lo que vemos.
Porqué, porqué y porqué, todas las veces
todas las formas
con las que el mar golpea monótono.
Nota del Arcediano:
La Más Vieja Señora, es un personaje mítico. Según la tradición es la viajera más anciana. Su vida se había prolongado millones de años. Lo había visto todo, lo había comprendido todo. Nadie sabía interpretar su estado de ánimo, ni a nadie se le ocurrió nunca que eso fuera importante. Ella sólo parecía pensar en cómo romper esa barrera que la separaba del mar de vacío donde flotaba el Universo.