cómo me gustaría seguir vivo
para poder escribir mis poemas
mientras la interminable serenata
de Sakamoto acompaña mi mano
pero hay algunos síntomas que me hacen
dudar de mi existencia
ese olor a camembert ya pasado
o al queso que compró mi padre en Francia
merde du diable se llama y así huele
las moscas familiares que me orbitan
como satélites enloquecidos
y los trozos de carne que como migas de pan
voy dejando a mi paso
es verdad que ahora sólo pienso poemas
porque solo me quedan los pulgares
una pena pues son
unos versos de muerte
jamás fui tan cachondo en vida y ahora
estoy muerto de risa
y es que una vez que mueres
acaba la tragedia
y te vuelves más cool
pues todo te resbala