Perro

Me ladras y te entiendo y si gruñes

me sobran las palabras.

Siempre observas mis manos

Y en tus ojos intuyo la sorpresa,

Esas manos se mueven como pájaros,

provocativas juegan o acarician

y las miras y esperas la señal

para aceptar el reto u ofrecer

tu panza blanca al dedo que deshace

los nudos de tu pelo.

Cuando escribo te enroscas a mi lado,

sabes que cuando un verso se desmande

mi mano buscará la inspiración

en el calor y el pálpito de vida

que tú sin restricciones me regalas.

Es posible que tú no seas perro,

es posible que yo no sea humano

que de alguna manera nuestro origen

sea anterior a nuestro nacimiento

y antes corriéramos por campos,

tú, la escopeta al hombro y yo ladrando.

Perro

Invitación al viaje

No he viajado nunca más lejos de mis lentes,

aunque en mi maleta haya estampas orientales,

mas mi indignidad reconoce la pureza

como el mayordomo descubre al impostor.

Pureza en el sordo grito de los mudos

que anuncia que la más certera de las verdades

volverá a nacer en cualquier ciudad dorada

para convocar la conciencia de los actos.

Entonces las manos respirarán como ciervos

y no habrá manera de dar con el número de los alzados.

Cuando las manos se cuenten como espigas

ya nadie podrá malograr la cosecha.

Serán como olas dispuestas a alejarse,

para volver y deshacer cualquier engaño.

No soy la voz pura – quizá el viejo cotilla

que ha escuchado algunos rumores o ha tenido un sueño –

tampoco el cartero que lleva la respuesta;

soy viento cambiante que mezcla voces confusas.

Tan confundido que aún no estoy seguro

de si existe una isla en la peste o hay que crearla

y hacerla crecer más allá de la avaricia,

el hambre, el silencio que extiende su dominio.

Vuelvo a imaginar que no estoy solo,

que podríamos ser libres,

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que el fuerte y el sabio son alguien que conozco,

y quisiera que este sueño no fuera más que un anticipo,

algo que presentía.

(fragmento del poema «En busca de una isla habitada» del libro Poesía 2000-2006)

Mis LPs – «El arado y la piedra»

EL ARADO Y LA PIEDRA

                                                             A Ramón Gavilán y Alfonso Arias

el pasado es presente y es futuro
un amplificador protohistórico dos cajas de madera
un plato y una aguja y la música volvió a sonar como debía
como la recordaba
y las voces cantaban letras que eran como himnos
creí que estaba allí aunque el dolor ciático
me recordó que el tiempo no retrocedía
que era el recuerdo vívido
que a través de los tímpanos
daba luz a los ojos sí aquella luz
cada elepé que abría era forma y ceremonia
una sorpresa un beso un momento de meditación o de éxtasis
John Lennon Eric Clapton Báez la Bruja Avería Melanie Dvorak
el pasado en fragmentos
balas de una ruleta musical
la vida en los oídos los recuerdos invadían
precipitadamente el almacén en rebajas
en que me he convertido
y el almacén fue luz imperfecta y fulgurante
de canción o sonata o de un solo de Hendrix en Woodstock
la magia del arado que recorre surcos tallados de notas
como el egiptólogo interpreta los jeroglíficos
sonido material de diamante sobre plástico
de arado sobre piedra
de labios que acarician el micrófono
o del murmullo de Ian Anderson al oído de su flauta
era la vida como la sentí efímera y eterna
y no como la siento ahora efímera y vacía
sonido material y así imperfecto
un gnomo que nos habla de la magia
sonido que se sabe eterno en nuestra memoria

un amplificador protohistórico dos cajas de madera
un plato y una aguja
si golpearan mi puerta te abriría de inmediato

 

Hace unos meses recuperé mi giradiscos y mis LPs y singles de los años 70 y 80 del siglo pasado. Al volver a escucharlos sufrí un tsunami de recuerdos que terminaron con el poema con el que abro este artículo y que fue publicado en el libro «Mudanza». La semana pasada me llegó una cadena típica de estos tiempos de confinamiento y decidí seguirla. La relación de los hechos y los contenidos, los copio de mi Facebook. Si pincháis en las fotos accederéis a los vídeos que seleccioné de cada autor. o si preferís escucharlas de un tirón, pinchad aquí.
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Día 1

Ramón Gavilán me nominó para no estoy muy seguro qué. El caso es que me puse a revolver entre mis LPs. Y ésta es una selección de los primeros que compré. El Nº 1 es el de los Platters, de 1962 (lo compraría hacia el 68) y el que más me impactó fue «Atom, Heart, Mother» de Pink Floyd de 1970. Siempre pensamos que era música clásica. Nuestra música clásica. Y con el tiempo así ha sido.

 

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Día 2

Siguiendo con el encargo de Ramón Gavilán. Hoy me puse con los «singles». Hay muchos hasta el año 71. Normal, el del «Bridge over troubled water» me costó 72 pesetas (unos 40 céntimos de euro) y en aquella época tenía 16 años.

De todos los «singles» he seleccionado cuatro, que van en fotos independientes.

 

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Día 3
De 1971 y 1972 he seleccionado estos 5 LPs. «Thick as a brick» probablemente es mi joya de la corona. Pero a todos ellos los escuché cientos de veces.

 

 

Día 4

De 1973 a 1978 no sobreviven muchos LPs, he elegido estos cuatro.

 

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Día 5

Con esta entrega termino el encargo de Ramón Gavilán . He seleccionado algunos LPs de los años 79 y 80. Luego a partir del 82, aparece el CD y, por lo poco que tengo, dejé de comprar discos.

 

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ADIOS MIQUITO

Hoy, ahora que te has ido – me lo acaba de decir Javier – te dedico madre, este poema que titulé Obituario, pensando en tu trance. Pero salió un poema en YO y, sin embargo, dejé el título.

Mientras escribía, sonaba el segundo movimiento de la VII de Beethoven. Una vez la escuchamos tú y yo en el Real, yo tendría 15 o 16 años. Recuerdo que te gustó y a mí también, y no solo porque a ti te gustara, aunque aquello influyera lo suyo. He escuchado esa música en varias películas y siempre resuena como banda sonora cuando mi emoción se desborda. Y esta música inspiró el poema.

Hace un rato me llegó un Whatsapp con unas fotos que Mine tomó, mientras paseábamos por La Navata . Las fotos nos resumían y nos hermanaban.

 

Así que decidí dejar también el poema, sí, sí, debajo de ese título. Aunque no sea tu obituario, tampoco es el mío. Es el nuestro, el que en las fotos, los dos admiramos, tú, la que me diste la vida y yo – tu niño – ya abuelo, a tu lado, alumbrados por un camino y sus cielos.

Sé que tú entenderías estos versos. Sé que añadirías como estrambote, qué habré hecho yo para que Dios me haya dado un hijo como éste. Y que yo te respondería, mamá, no me digas que soy el Hijo de Dios y así comenzaríamos a hablar de creencias. Probablemente acompañados de dos tercios de cerveza y unas patatas fritas.

Ahora ya sabes más que yo, te adelantaste. Ahora sabes quién de los dos tenía razón, si tu suspirado cielo o mi ansiada nada. En todo caso, no tardaré en alcanzarte y, entonces, los dos celebraremos al que de nosotros hubiera acertado.

Con todo mi amor a la niña que llamaban Miquito y que de mujer fue Alicia.

 

OBITUARIO

a Alicia Castells

La vida es bella
aunque la perdamos
y por eso le tengo un gran respeto,
estaré preparado
para reconocer el día exacto
en que otro día más
es un día de sobra,
porque la muerte es vida
y de ese grial el vino
no se deja, se apura,
porque verla como viene
es digno de admirarse,
por la avenida, el camino o la trocha
siempre elegante el paso,
con un sin sexo que seduce al miedo.
En el fondo del vaso, fraccionada
igual que una vidriera un día de agua,
a lo lejos, cimbreante, a paso firme,
se acerca luminosa.

No me perdonaría
que llegara ese día en el que ayer
su andar me pareciera más hermoso.
Quedarme con la copa levantada
mirando como el vino se cuartea
sobre el vidrio.

 

 

 



Imágenes: Mine Kawakami

LA MONEDA

Cara

“La verdad es el prófugo que se oculta y sobrevive; la mentira habla en las tribunas y baila en los salones”. Ella y él formaban un ser único y así lo pregonaban sus actos. Se tiraron los trastos a los diez años y no volví a verlos juntos; unos meses más tarde iban diciendo que se habían cansado del engaño.

 

Canto

“Es cuestión de intensidad, la verdad y la mentira son como los grises: perla o tormenta, fraile o media”. Robé un día a mis amos para dar alimento a mi pueblo. Allí erigieron mi busto, donde acaba la avenida. He clavado una foto en la pared gris de mi celda.

 

Cruz

“La verdad se multiplica en el pánico hasta anularse a sí misma. La mentira persiste en los mentideros y se acrecienta”. Indignados, salimos del salón. Nadie había atendido a las razones del otro. Pero todos nos sentíamos respaldados por una causa justa. Mientras, el enemigo nos cercaba.